jueves, 16 de septiembre de 2010

Gomorra, de Roberto Saviano


Gomorra: Un viaje al imperio económico y al sueño de poder de la camorra es un libro que retrata limpiamente el putrefacto mundo de la camorra italiana. Saviano, quien vivió mucho de lo que escribió relata entre novela, investigación, repotaje y cuentos cómo funciona y se expande la mafia italiana, con políticos y empresarios (graaaaaaaaaaaaandes empresarios) actuando de cómplices.

Poco puedo decir de este libro, voy a la mitad, y aunque a causa de un conglomerado de datos, nombres, calles, etc. su lectura se vuelve a ratos un poco extenuante, el seguir deborando sus páginas es igualmente una aventura que no sabría bien como describir.

Me ha resultado angustiante y demoledor conocer una realidad tan brutal como la que existe en la camorra, el sistema o como le quieran llamar. Inquietante me es también pensar en Saviano, que tan pulcra y profesionalmente nos puso al alcance de los lectores una escaneada realidad que ocurre en su pais, pero que sin embargo el costo que ha tenido que asumir es injusto, él se arriesgó y sabía lo que sucedería, pero en mi mundo, en mi cabeza, no me parece justo que la mafia tenga tanto poder que él deba pulular por el planeta escondido y agobiado por el precio que tiene su cabeza.

Recomiendo el libro porque es intenso, turbador e impresionante, pero de antemano digo que para leerlo hay que hacerlo con suma concentración, se te pasa el nombre de un clan y luego te mareas entre datos que no recuerdas.

miércoles, 22 de abril de 2009

Llueve

Noche perenne de lluvia, y recuerdos que se agolpan.

Un invierno remoto, con el mismo cosquilleo de la lluvia en nuestra ventana, matábamos el frío enzarzándonos en una discusión en cuesta de cólera, resentimiento y tirria. Te odie, te odie tanto, tanto que en ese instante el cuchillo con el que cocinaba enfurecida seducía con poder mis ganas de aniquilarte.

Hoy miras con melancolía la ventana. Llueve con fuerza, las gotas te duelen dentro, pero a mi me desgarran y mi conciencia no padece remordimiento, no se lame heridas al recordar, con la lluvia trinando afuera, esos deseos tanáticos de un pasado invierno, porque equidistante en mi memoria están las razones de haber querido verte yacido en mi piso, y hoy, presa fácil, vuelve a seducirme con arrojo el brillo del filo con el que coincidentemente estoy cocinando.

La lluvia me trae recuerdos, y ni lo imaginas.
Voy por ti , con un año de desfase.

domingo, 19 de abril de 2009

Librería Especializada



Con mucha alegría, entusiasmo, espasmos, satisfacción y emoción por haber encontrado esta libreria, les doy el dato a todos los amantes del genero Negro de la literatura, incluido el policial, suspenso, miedito etc.


La variedad de libros es muy extensa y diversa, cuenta con libros de primera y segunda mano, por lo que siempre hay flujo de títulos.


Además, por otra parte, las actividades programas y noticias periódicas que publican la hacen un buen lugar de visita a los que tienen la suerte de pasar por Barcelona a ver este espacio mágico según yo, y un buen link estable para quieres se quieren mantener al día de este genero.


Señoras y señores, sin más preámbulos, con ustedes www.negraycriminal.com


Se puede hacer compra on line, están los datos de los gastos de envíos y demases, sin embargo a l@s compañer@s Chilen@s que se motiven pero el gasto les sale lo mismo que el libro, me avisan y yo se los llevo cuando me vaya de vacaciones en un par de meses. Siempre un gasto interpais será menos de 20 euros que es lo que sale por kilo el envío.
Yo por ahora me programo para visitar la librería pronto y volverme loca con mis ansias de leer todo y conocer nuevas letras.
Saludos,
Paz

lunes, 30 de marzo de 2009

Abraham


No sólo le habían quitado su libertad, sino también se cagaron en su vida.


Lo vi en su mirada fatigada y desalentada, cuando en mi primera ronda de la tarde, tras las rejas oxidadas le pregunté su nombre. Un escuálido cuerpo se reacomodó en la maltrecha litera, sin interés y mirándome de soslayo respondió, -Abraham-.


No, no sólo le quitaron su libertad, fue más brutal aún en latigazo. Confinado en un frío y maloliente pabellón saturado de incómodas literas, lechos improvisados y cuerpos deambulantes, también tuvo que pasar las horas, de cada uno de los días de su sentencia, sabiendo que, en la calle, ahora quien roba para comer, es su hermano pequeño.

viernes, 13 de marzo de 2009

El lado gore de los cuentos

En el diario de distrubución gratuita 20 Minutos encontré esta nota, que podrán ver completa en el enlace. Acá dejo extractos interesantes (al menos para mi).


"Según explica el escritor Jesús Callejo en su libro Los dueños de los sueños, muchos de los cuentos hoy considerados como "clásicos" -la mayoría de tradición oral y origen popular- nunca tuvieron la pretensión de ser infantiles.

El francés
Perrault fue uno de los primeros en recoger por escrito las narraciones populares, publicando en 1697 Historias y relatos de antaño. Perrault eliminó los detalles más escabrosos, no porque su obra fuera destinada a los niños, sino porque sería leída en la refinada corte francesa.
Los hermanos Grimm, en su recopilación Cuentos para la infancia y el hogar (1812 y 1815) adornaron y endulzaron las narraciones, incluso tuvieron que cambiar varios detalles de los originales para satisfacer las exigencias del público burgués. De edición en edición, la censura era cada vez más rígida, debido a la extrema dureza de las historias.

Algunos ejemplos:

Blancanieves: La joven, una vez casada con su príncipe, prepara la vendetta contra la perversa reina por intentar asesinarla: "Habían puesto ya al fuego unas zapatillas de hierro y estaban incandescentes. Tomándolas con tenazas, la obligaron a ponérselas, y hubo de bailar con ellas hasta que cayó muerta" (Hermanos Grimm).


Cenicienta: La madrastra corta los dedos y los talones a sus hijas para que les quepa el zapato. El príncipe las descubre "al ver correr la sangre". Al final, las palomas de Cenicienta pican a las hermanastras en los ojos, "quedando ciegas toda su vida". (Grimm)"

domingo, 8 de febrero de 2009

claustrofobia productiva



Dicen, bueno, no sé si "dicen", pero he escuchado de varias fuentes (y personalmente lo afirmo) que para escribir hay que tener cierta "atmósfera personal" tendiente a la producción literaria.

Nada necesariamente muy elaborado, pero cada uno tiene su espacio personal y si apetece, una pseudo-rutina (escuchar música, fumarse un cigarro, un porro, una copa de vino, un café, cada una por si sola, todas juntas o qué se yo).

Pues bien, en Chile sencilla tarea tenía, me encerraba en mi habitación con mi infaltable té de amareto, y cigarro(s) en mano me disponía a escribir, bien o mal, usted dirá, pero escribía y al menos me nacía sentarme frente al ordenador y articular palabras e ideas.

Hoy, que me encuentro en una meca de inspiración como lo es Barcelona, vivo en un cuchitril de 2x2 con mi novio y, claro, quisiera escribir tantas cosas (tengo una vista de mi ventana que alucinarían), pero falta MI PRIVACIDAD, esa atmósfera en la que podría estar sencillamente cinco minutos, o igual, dos horas por haberme puesto extremadamente concienzuda con las palabras, y así ,sumida en mis fantasías no tener que hablar si no lo quisiera, o poder cantar para autotransportarme, o dialogar conmigo misma, eso y otras cosas entre tantas que uno hace cuando escribe.

¿Será que tendré que tomar esta traba como un desafío?, de otro modo, no hay como.

Un fuerte abrazo y quedan invitados a compartir sus rituales y/o atmósferas; claro, si no son muy personales jaja.
pd: La imágen puede darle más dramatismo a esta entrada, pero no es tan asi, solo me da la claustrofobia productiva, en general, el resto va bien.

martes, 10 de junio de 2008

Tibio



Había esperado tu beso, con ansias lo había esperado.


Estaba yo, tranquila, esperando tu llegada, que sabía sería, que sabía.


Tus labios aterrizaron en los míos y le regalaron efímera calidez.


Me imaginabas cantando, como siempre lo he hecho, canciones siuticas que te he dedicado, yo te imaginaba dándome suspiros liados de amor. Mientras imaginábamos, tenuemente me besabas.

Sabía, sabía que correrías vertiginoso a mi, porque me amas, porque te amo.

Abriste vigorosamente las puertas a dos manos, bomboleando pasmadas quedaron tras de ti por el ímpetu de tu entrada.


Corriste, y te detuviste frente a mi, me observaste con tanto amor, con tanta dulzura. Tus ojos tenían esa incertidumbre de la vida que brilla cuando no sabes qué hacer, cómo actuar, y sobrellevando el lastre robusto de la duda y la conmosión que comprimían tu pecho miraste con devoción mi cuerpo, y me cogiste entre tus brazos dulcemente, separándome de la álgida lámina de métal que me cobijaba.


Con retazos de mar en tu rostro besaste por última vez mis labios, tus labios, después de haberme reconocido yacida sobre la lámina de metal en la fría morgue que resguardaba nuestro último beso, nuestro último encuentro, nuestro último adios.


Había esperado tu beso, con ansias lo había esperado, ahora, mi amor, descanso.

miércoles, 28 de mayo de 2008

3:30 am.

La noche era inerte silencio
Fría
Tan muda la noche hube de despertar.
Ni un perro se abrigaba en ladridos.
Ni un coche lamía el asfalto galopando raudo
Ni un vagabundo vociferaba miserias
Ni el mar a trescientos metros de mi ventana rasguñaba su orilla con su danza y su cántico constante.

Ciudad tácita, ciudad dormida, ciudad fantasma.

Tan mansa estaba la noche, que a kilómetros, escuché el sonido del tren a las 3:30 de la madrugada, aire nunca antes oído en mi habitación.
El pesado cobre asentado en el lomo del vagón conduciéndose sobre rieles que agudos gritaban metálicamente a su paso, y componían la cadencia que la noche silenciosa vino a susurrar a mi oído.
Tenue, dócil, pero claro, el tren sonaba a lo lejos.

¿Será así la muerte? Me pregunté. ¿Será así de sombría y confusa? ¿Será sentir que despertamos de un sueño en medio de la oscuridad de una noche lóbrega, taciturna y exánime y a lo lejos un tren seduce nuestros oídos soñolientamente para llevarse, luego, en sus vagones, atiborrado de otros y otras, entre frío, escepticismo e incomprensión, nuestra alma?

Me senté en la cama mientras pensaba, los pies descalzos colgaban del colchón sin tocar el desabrigado piso, luego, tanto espanto en mi, tanto silencio, tanto misterio terminaron por desvelarme.
Ya lúcida, refregaba mis pequeños ojos testigos de la sombría noche, para ese instante era pretérito el sueño y la somnoliencia, miro entonces resignada el reloj, ¿3:30am aún?, vuelvo a mis pies, pero ahora colgaban del vagón que lento avanzaba y los rieles despacio murmuraban un adiós ¿Podría acaso ser menos sombrío y confuso el desvanecimiento de ese maravilloso sueño del que desperté? Regañé. Mientras, la locomotora comenzaba a sonar más intensamente, convenciéndome, finalmente, de mi eterna partida.








La vida es un sueño.

miércoles, 2 de abril de 2008

La Vinka



Escuché un mito tiempo atrás, es acerca de mujeres, mujeres que cargan un gran dolor en el alma por culpa de un hombre, dicen que en una desconocida isla de México, un 17 de noviembre de no sé que año, una mujer, trastocada por haber visto a su marido con otra en la pomposa habitación que habían alquilado para pasar su luna de miel, se vistió con su traje de novia, agasajó su rostro, maldijo al patán que destrozó su vida y se internó en el mar para nunca volver a ser vista.
Desde ese día y para cada aniversario de su muerte, muchas mujeres, corroidas por el rencor y la venganza, embaucan a sus parejas para llevarlos a aquel paradisíaco lugar.
Es un secreto que se lleva en los ojos, la vitrina del alma, y como tal, refleja el tribulante andar de un corazón desdichado. Ese dolor lo descubre sagazmente una mujer que ha estado en la isla y en una subrepticia mirada reconoce a quién necesita saber el sacramento de La Vinka, como le dicen a la mujer que murió en el mar, amargada y ahogada en penas, y...

-Que pendejadas que me dices-Interrumpió de manera abrupta y sardónica Rocío.
Valentina, quien recitaba el mito, cual poema hiperaprendido, con la mirada en la nada de la lejanía y la taza de café en el aire desde que comenzó a hablar, quebró su estado transitorio de concentración y regañó:

- ¡Puta que erí mal educada! - dijo, con el ceño fruncido y posando sin alguna delicadeza la taza de café en su platillo, que acusó el malestar de Valentina y despidió la cuchara al piso; sonajero de loza en manifiesto de disgusto.- Aquí viene lo más interesante, cómete la media luna y me escuchas, que me di la lata de escucharte cuarenta y cinco minutos hablar sin parar y a mi me gusta este mito- Sentenció con dureza.

Cuando una mujer reconoce en los ojos de otra su desdicha, le revela el secreto, y de alguna quimérica forma llega a la isla con ese miserable que opacó su mirada, a las o:oo hrs del 17 de noviembre una mujer desnuda, hermosa, de penetrantes ojos negros y larga cabellera, camina por la orilla de la playa; ellos, quienes fueron llevados engañados para ser vengados por su traición, caen en un hipnótico trance y van en busca de la furtiva caminante. ¡Es un espectáculo! Decenas de hombres apareciendo por todos los resquicios de la isla, conglomerándose en un pequeño espacio de arena, caminando mecánicamente tras la misteriosa persona de perfecta fisionomía... En ese preciso instante la mujer que llevó a la muerte a su pareja tiene la oportunidad de perdonarlo, pues cuenta con la certeza que tras ese día jamás volverá a verlo, mas si el dolor, la ira y la miseria son superiores, cierras tu ventana y das la espalda para no volver a verlo más, mintras tras de ti él se introduce en el mar, siguiendo a La Vinka que desnuda, coqueta e irreconciliable se lleva consigo a una basta cantidad de hombres que jamás vuelven a ser vistos ni recordados...
Valentina toma un sorbo de café tibio, su rostro se contrae y traga de mala gana- ¡Otro porfavor!- le pide al mesero -¿Y? ¿Que crees?-Se dirige a Rocío.

-Que La Vinka me da miedo y que te veías profundamente ridícula con la taza en el aire mientras hablabas- prende un cigarro.

Un incómodo silencio impera en la mesa.
-¿Pero qué crees?- Interviene nuevamente Valentina.
-Que es un buen mito Vale, pero no sé por que me lo cuentas ¿quieres que ahogue a José?- se ríe a carajadas por cinco segundos y su rostro retoma la dureza que el dolor le impuso- Porque el muy infeliz se lo merece- da una fuerte aspirada al cigarro- tu siempre andas con tus analogías, tratando de hacerme pensar, como si fuese fácil tener claridad y objetividad en estas instancias, si esto se trata del perdón te prometo que me lo cuestiono todas las noches, La Vinka murió de amor, o desamor mejor dicho, pero... ¿es justo?- se reclina en el espaldar de la mesa y toma su cabello con ambas manos, suspira con pena y reclama- ¡No es justo po!-deja caer los brazos con fuerza sobre sus piernas- se inclina hacia Valentina y despacito pregunta- ¿Tu que crees?-

-Creo que tus ojos están opacos Rocío, que has llorado hasta el cansancio, que abusas de la autovictimización y te ves patética en ese papel, ¿crees que no sé que se siente? ¡Lo sé! ¡Lo sé bien maldita sea! ¡lo sé!- con un movimiento raudo le quita el cigarro a Rocío y fuma con fuerza, exhala el humo y con él la ansiedad que intentó gobernarla hace un segundo- y respondiendo a tu pregunta, creo que no es justo que La Vinka se haya ido en el mar, que no era ella quién debería haber muerto de pena, creo que te has desvelado muchas noches pensando una y mil veces que hacer con tu vida y te entiendo.-

-Si sé que me entiendes, pero yo soy diferente, soy...-

-¡Pero!- retoma su discurso, omitiendo la intervención de Rocío, quién casi como deporte acostumbra interrumpir- sin embargo creo fehacientemente que cerrar esta ventana fue la mejor decisión que pudiese haber tomado en mi vida, y estoy segura que anhelas ver el espectáculo de cuarenta y tantos hombres caminando en la arena tras un etéreo ser- Rocío se confunde, Valentina saca un billete de su cartera, lo deja sobre la mesa y finaliza- dejo en tus manos este secreto y tu sabrás si cerrar o no esa ventana que puede ser la solución a tu pesar o tu condena, pero creeme, tras esa magdalena que está vuelta un estropajo patético existe algo de fuerza, ira y frialdad que llevarán tus manos al cerrojo de aquella ventana que te conté para asegurarte tres, cuatro, cinco veces que está bien cerrada y darle la espalda y como poema de reinvindicación y vendetta terminar todo con un suspiro aliviante, mezquino, pero alviante.

Toma el último sorbo de café, le da unas palmadas de empatía en el hombro a Rocío y se marcha, dejando tras de ella el secreto develado y la puerta abierta para ser complice de una muerte más, que en las manos de su amiga cobraría justificación.

jueves, 28 de febrero de 2008

La esquina

En la esquina de Avenida Angamos con Club Hípico todo era un caos, la gente se conglomeraba de a goteras formando una masa uniforme que meneaba, estática en el piso, su cuerpo y mirada para esquivar los obstáculos que estorbaran entre sus ojos y los moribundos, mutilados y/o yacidos que alojaba el asfalto de la calle.
Las luces de colores querían ser alegría, sólo eran augurios de muerte y en trecientos secenta grados decían: ¡Aquí! ¡Aquí tenemos sangre!
Yo observaba medio confundido, veía gente corriendo de un lado a otro, luces rojas, paramédicos, carabineros y lágrimas por doquier. No alcanzaba el epicentro del evento pero por dios que intenté. Muchos estímulos de súbito me paralizan, me desorganizan y necesito un instante para organizarlos y construir la figura que forman, así me sucedió.
Estuve cinco minutos tratando, gente por aquí, gente por allá, me miraban extrañados, ¿por qué tanto interés? habrán pensado, un sádico hemofilicovoyerista deben haber concluido.
Un señor de verde y otro de azul me regañaban, ¡quédese en su lugar! Buscando parapetarme por medio de la intimidación, mostrándome las palmas de sus manos teñidas de rojo rezumante ajeno e insinunando ¡atrás! con sus ojos tan abiertos y su rostro sobrepasado.
Estuve, como recuerdo, cinco minutos tratando ver que sucedió, buscaba y depronto encuentro a Luisa.
Luisa, mi amor, Luisa y sus lágrimas, Luisa su angustia y sus manos ensangrentadas frente a mi.
¿Por qué? me decía llorando, ¿por qué qué? quería decirle, mas mudo siento que me elevo, mi cuerpo recostado sobre una camilla, la visión un poco más alta y veo a mis compañeros. Un segundo y recordé el auto, Rodrigo, Luis, Alejandro y yo, la velocidad, un grito de advertencia, el pánico, el impacto, el sonido del metal rechinando y torciéndose y mis manos firmes, sin embargo inútiles en el volante.
Un segundo y asimilo dos amigos muertos, uno moribundo y mutilado, y yo, agonizando, con el cuerpo infecundo de vida y la mente sirviéndome los últimos minutos de cordura para irme al infierno, despedirme con una mirada de Luisa que nada comprendía más allá de su vacío y mi partida y yo, que por cinco minutos creía ser voyerista y ahora sólo soy protagonico extinto.

En la esquina de Avenida Angamos con Club Hípico todo era un caos, la vida, que irónico, me dió un segundo para guardar la imagen de la campiña de sangre que legamos a la calle, mirar sus ojos eternos 
y entonces aumentar la cuenta a cuatro cadáveres.









No he tenido tiempo para escribir ni leer, me he sumido en un trabajo temporal (con panorama de estable si todo sale bien) que ocupa el 90% de mi tiempo útil y productivo.
Extraño pasearme por los blogs tan queridos y/o entretes (y/o deliciosos) como los de warren, william V, amorexia, mallén, góngora, carlos, cuchi, enemigo de la especie, vere, etc. pero bueno ¡todo sea por una buena razón! hay que mirar el vaso medio lleno dicen por ahi...
Un gran abrazo a todos y mis agradecimientos a los que mandaron sus buenas vibras en el post anterior...
Nos estamos videando, leyendo, parloteando por ahi.
Cariños
Paz.

sábado, 15 de diciembre de 2007

No te mentiría.


Te diría que te amo, pero sería insensata y deshonesta.

Te diría que te quiero, pero no eres más que la cosificación de la gratificación y satisfacción de mis necesidades.

Te diría que me gustas, sin embargo no alcanzo a percatarme de eso, todo corre rápidamente.

Te diría que te deseo, te lo diría una y otra vez murmurándote al oído suavemente o en un afanoso aullido ensordecedor. Te lo diría con certeza y a la cara, siendo así veráz y honesta hasta mi último poro impulsivo.

T
e diría desde el alma que te deseo delirantemente mientras te convierto en sangre desparramada en mi cuarto por el ímpetu de mi puñal y mis caninos, pues no hay vista, horizonte ni cuadro más bello que ese rojo intenso y metálico que me ofrenda tu cuerpo, desperdigado por mi habitación putrefacta, mas bella y mia, solo mia.

martes, 11 de diciembre de 2007

Que me hace feliz.


Mallén me invitó a formar parte de esta cadena, a pesar de no ser muy hincha de éstas me pareció entretenido hacerme conciente de cosas que me alegran, entonces aqui van ocho de ellas.

1. Dormir mucho, bien y soñar.

2. Las noches con inspiración para escribir, junto a un cigarro y un té caliente.

3.Encontrar esa mística interesante en una persona que crees conocer y que en una 
conversación le re-conoces.

4. Un borrachera de puta madre donde me haya reído hasta el hipo y las lágrimas.

5. Un libro que me deje extasiada.

6. Comer un chocolate dulce y delicioso A SOLAS.

7. Una larga conversación con l@s amig@s (aunque sean infructuosa jaja).

8. Una victoria de mi equipo de fútbol, Universidad de Chile.


Estas son mis respuestas más rápidas que puedo dar al MEME (que es un meme?) que me invitó Mallén

Ahora tengo que pasar esta lista a ocho personas y estas son:
Vere
Hanna
Cuchhhi
Paz
Digler
William
Warren Lee
Amorexia


Las reglas son sencillas: cada jugador debe realizar un listado de ocho cosas que le hagan feliz; las publican en su blog, junto a las reglas del juego, luego seleccionan a otras ocho personas para invitarlas a participar en esta dinámica, individualizándolas por su nombre o su dirección de blog, y listo.
Dato importante, dejen un comentario en los blogs de quienes han sido invitados por ustedes a hacer este asuntillo.

Abrazos y a hacerce conciente de esos detalles que cambian el día...

Para ti Amorexia es un desafío personal... ya sabrás por qué.

jueves, 6 de diciembre de 2007

Por las noches te deseo.

Con delicadeza puso un pie en el piso, suspiró y se levantó de la cama, arropó tiernamente a su amante y tomó del buró una caja de cerillas con el nombre del ostentoso hotel que les albergaba y con la serenidad que le otorgó el buen sexo y la batahola de instintos que este le despertaba, prendió un porro mientras miraba por la ventana la pomposa vista que tenía la habitación.

Las interminables colinas bañadas en plata gélida, antecedidas por un frondoso bosque de intenso verde que dejaba oir entre sus resquicios los murmullos de almas y animales que habitaban en el lugar le dieron completa sensación de serenidad. Fuma, y su cuerpo se vuelve laxo, su sonrisa permanente y se felinamente elonga un poco de cara al bosque.

Sin poder conciliar el sueño paseaba por la habitación; tanto sexo, tantas emociones le abrieron el apetito y pidió servicio a la habitación una cantidad exuberante de comida, la más exquisita.
Comió con calma, monarca de esas cuatro paredes, su superioridad era obvia y se comportaba como tal, arrogante y con seguridad expeliente, reparó en abrir la ventana para acompañarse del aroma boscoso invernal, la imagen le pareció tan romántica que hasta creyó sentir amor por su efímera amante que descansaba entre sábanas de seda. Dejó la bandeja de comida a un lado y se dirigió nuevamente al buró, del que sacó un poco de cocaína. Con destreza inhaló y se volvió a sentar frente a la cama, mientras la brisa que entraba por la ventana seducia en suaves caricias su rostro y hacia danzar su cabello.  Su líbido insegura se asoma, y en una orgía se fusiona con la arrogancia y la locura.
-Ahora te voy a cantar- le decía a su amante, quien a medio reaccionar le miraba con impavidez e impresión, sin hablar, sin moverse, sin chistar, solo recorriendo frenéticamente con la mirada la habitación y su acompañante.
-Si tan solo supiera tu nombre preciosa- decía en la silla, guitarra a cuestas. Ininmutable la mujer no respondía, su boca medioabierta no acusaron recibo de las palabras esbozadas, solo su mirada seguía registrando todo.
-traje una guitarra, te va a gustar esto, te va a impresionar, no lo olvidarás-
Desenfundó la guitarra roñosa que expelía olor a madera vieja, la apoyó sobre sus piernas aun desnudas, contra su torso aun desnudo también y entonces comenzó a afinarla despacito y con cuidado entre sonrisas regaladas a la muchacha de la cama. Un silencio, la mira con lujuria, suspira profundo y entona una canción improvisada como oda a su silueta, a sus pechos firmes y sus caderas sinuosas, su pelo castaño dócil y sus ojos marrones, a sus manos suaves y pies delicados, a su tez de alba inocencia y sus genitales ardientes y profanos.
Cantó un par de minutos poesía barata y vulgar, cantó y se aburrió, ya no era entretenida esta aventura, inhaló otro poco de cocaína. A pies descalzos vagó por la habitación, un olor metálico carcomió sus narices y se aburrió más, se puso el vestido de gala rojo, vistió sus pies con tacones altos y puntiagudos, cogió su larga y bella cabellera rubia en una sofisticada cola de caida aterciopelada, colgó sus alajas del cuerpo; aros, collar y anillos, y pintó sus labios de rojo sensual intenso que hacían más intensamente exótico y hermoso su rostro terso y pálido, como genuina porcelana.
Se miró en el espejo-como siempre, gloriosamente inocente- pensó, retocó los últimos detalles, cogió el bolso y destapó a la mujer en la cama, la olió desde los pies hasta la melena marrón, besó los labios glaciales del pseudocadáver y con el índice de su mano chapuceó en el charco de sangre que nacía en el cuello de la mujer agonizante y terminaba en la almohada empapada, llevó el dedo a su lengua y con los ojos cerrados suspiró.
– te dije que te iba a gustar- murmuró con desprecio al oído de la prostituta casi extinta que solo le quedaba la frenética mirada y algo de conciencia para ver como su asesina emprendía camino a la puerta con el vaivén refinado de las caderas de una mujer sensual, satisfecha, instintiva, feroz y animal, mientras guardaba en su pequeña cartera camino a la salida el puñal oxidado que la acompañaba noche a noche, habitación en habitación, víctima a víctima, sangre a sangre.

viernes, 30 de noviembre de 2007

Diego

Sometimes tu gélido expresar afectivo me emputece.
Sometimes tu humor negro me agota.
Sometimes tu perspicacia me asombra.
Sometimes tu gringoveneración me descoloca.
Sometimes tu contrariedad con todo y todos me aburre.
Sometimes tu honestidad me azota.
Sometimes, everytimes, agradezco tu precencia, porque eres el oportuno abrazo, la oportuna puteada, el exacto y perpetuo silencio, el preciso consejo, el justo sarcasmo, el certero hermano, el certero amigo, mi amigo.
Te quiero.

sábado, 24 de noviembre de 2007

paradero 307

Sofía se llamaba, creo. Todavía con resaca y medio mareada me contaba, mientras espejo en mano retocaba su rostro ajeado por la noche, su micro-historia llena de anécdotas.
La micro iba llena y su hedor a fiesta contaminaba el lugar, pero la ternura que emanaba su rostro de niñita cuica y perna hacía que este fuese más un chiste que una molestia para los pasajeros.
"Me dai agua porfa" me preguntó medio compungida y risueña, dandole inicio a nuestro diálogo.
Que un pub, que unos tragos (de más de tres ingredientes y dulzones, típico de las minas), que unos pitos, que luego la disco, que luego el bajón, que luego unos tipos, que tomar en la playa, que luego una casa desconocida y sábanas ajenas fueron la tónica. Que jamás se habría imaginado haciendo tanta locura, que era virgen, ¿que si me aburría con la historia? Para nada, se volvía más interesante en cada detalle, le pregunté qué había sido lo más alocado y me dice "todo, es una escalada, pero lejos fue el departamento de estos tipos"
"Cuentame" le dije, el trayecto era largo y la odiosidad de este hacía interesante cualquier anécdota por aburrida que fuese.
Sentada en el sillón, ebria, volada y atrevida propone poker desnudista.
Lo que el alcohol, marihuana, tequila y piel expuesta conjugan es, para cualquier mortal carnal, obvio: SEXO. Entre pudorosos intervalos a lo largo de su relato se cuestionaba sin mucha culpa como se había atrevido, que jamás se habría imaginado haciendo algo así, etc. y continuaba con su historia, recordaba haber besado a un tipo, luego a otro, este otro a su amiga y su amiga más tarde al tercero y entre lagunas mentales llegó a recordar el episodio de la cama, en la cual cinco almas despojados de inhibiciones y pudores daban rienda suelta a sus instintos, donde su razocinio resultó mutilado y sus lados más animales expelían monarquía.
Relata con viveza y la mirada lejana, puesta en horas pasadas, el éxtasis que la capturó en cada fragmento de segundo de esos instantes, describía el olor a piel y sexo que inhalaba en cada jadeo, la sensación del roce desnudo de cuerpos y se impresionaba con la comprensión del idioma del placer y la carne. Rememoraba intensamente la muchacha a mi lado, casi al borde del orgasmo, pero intespestivamente su mirada vuelve al bus, la disipación del alcohol en su cuerpo le devolvía de a goteras su pudor.
Prosigue, otra laguna mental y el despertar, algunos se fueron, otros descansaban en otra habitación, otros dormían y solo se encontraba ella enredada en esas sábanas ajenas, sudada, despeinada, con sed y desnuda. En un acto de agradecimiento por la extraña experiencia deja su ropa interior colgada de la manilla de la puerta y como levitando salió del departamento, ni apurada ni atolondrada.
Comió algo rápido en la calle y tomó el bus, allí sentada, medio mareada me pidió agua, mientras iba agregando detalles sueltos y disgregados que recordaba con el pasar de los minutos y la ebriedad, en su mayoría se trataba de datos picantes del tiempo en la habitación, hasta yo mismo me asombré y levantaba mis cejas meneando mi cabeza en signo de aquello.
Se vino el típico comentario de mina "yo esperaba perder mi virginidad en una situación más romántica, enamorada, algunas rosas por aqui por allá, música lenta, tu cachai po" dispuesto a escuchar la catarsis de arrepentimiento cuestionante lanza otra "pero no me arrepiento, más que mal conocí lo bueno altiro" y sentí casi enamorarme de la joven, porque como hombre obedezco al pragmatismo.
Aqui me bajo yo - dijo, me agradeció por el agua y el oido, me besó en la mejilla y descendió, por un instante me abrazó un delgado hilo de nostalgia de que no me acompañase hasta mi paradero, pero respondiendo a la sutileza de este sentimiento le dije adiós.
Como si fuesemos amigos y por la simpatía que despertó la muchacha me levanté del asiento situando en la última fila del bus para despedirme de ella, yo agitaba mi mano y ella respondía a mi gesto acompañada de carcajadas, busqué en mi bolso un pañuelo para hacer más jocosa la situación y encontré un diminuto pedazo de género que tomé entre dos dedos, comenzé a abatirlo como las magdalenas que despiden a su marinero, ella reía más y más brillante se veía.
Cuando el bus comienza a avanzar la muchacha se lleva las manos a sus mejillas, clava la mirada en el pequeño retazo que flameaba en mi mano y yo le copio, mi brazo deja el movimiento y me encuentro con una diminuta braga colgando de entre mis dedos, mientras la distancia nos disipaba quebramos el hipnótico momento pentrando intensamente nuestras pupilas quemantes y dilatadas, al unísono de la penetrante mirada que estrellamos, mezcla de sorpresa, pasión y erotismo, recordamos la extasiante noche que habíamos compartido y en tanto el bus nos volvía cada vez más pequeños, más grandes la satisfacción nos henchía por al menos poder recordar nuestros rostros y levemente nuestros nombres. Sofía creo que se llamaba, Sofía...