domingo, 8 de febrero de 2009

claustrofobia productiva



Dicen, bueno, no sé si "dicen", pero he escuchado de varias fuentes (y personalmente lo afirmo) que para escribir hay que tener cierta "atmósfera personal" tendiente a la producción literaria.

Nada necesariamente muy elaborado, pero cada uno tiene su espacio personal y si apetece, una pseudo-rutina (escuchar música, fumarse un cigarro, un porro, una copa de vino, un café, cada una por si sola, todas juntas o qué se yo).

Pues bien, en Chile sencilla tarea tenía, me encerraba en mi habitación con mi infaltable té de amareto, y cigarro(s) en mano me disponía a escribir, bien o mal, usted dirá, pero escribía y al menos me nacía sentarme frente al ordenador y articular palabras e ideas.

Hoy, que me encuentro en una meca de inspiración como lo es Barcelona, vivo en un cuchitril de 2x2 con mi novio y, claro, quisiera escribir tantas cosas (tengo una vista de mi ventana que alucinarían), pero falta MI PRIVACIDAD, esa atmósfera en la que podría estar sencillamente cinco minutos, o igual, dos horas por haberme puesto extremadamente concienzuda con las palabras, y así ,sumida en mis fantasías no tener que hablar si no lo quisiera, o poder cantar para autotransportarme, o dialogar conmigo misma, eso y otras cosas entre tantas que uno hace cuando escribe.

¿Será que tendré que tomar esta traba como un desafío?, de otro modo, no hay como.

Un fuerte abrazo y quedan invitados a compartir sus rituales y/o atmósferas; claro, si no son muy personales jaja.
pd: La imágen puede darle más dramatismo a esta entrada, pero no es tan asi, solo me da la claustrofobia productiva, en general, el resto va bien.